Volveremos a ser campeones, como en el 86'...

miércoles, 20 de abril de 2011

Crónica de un partido "no positivo"

A eso de las 19.10 del domingo pasado, los conjuntos de Gimnasia y Esgrima de La Plata y River Plate dieron inicio al penúltimo partido de la fecha 10. Con un marco sensacional compuesto por populares colmadas, banderas, bombos y hasta un estadio de estreno tasado en 100 millones de dólares, se desarrolló un “espectáculo” (si es que pudo ser llamado de esa manera) deportivo que no llegó ni a los talones de lo que el ambiente ofrecía. Por un lado, Cappa, con sus muchachos que están en la situación más difícil que un club puede soportar, aparecer en lo último de la tabla de los promedios siendo perseguido por el fantasma del descenso; por el otro, Juan José López, quien mediante lucha, mucha garra y convicción (casi nunca fútbol) va de a poco logrando huir de estos lugares de pesadilla.
Como era de esperarse, el partido comenzó muy friccionado. En la mitad de cancha, River como no nos tenía acostumbrados, fue débil, y Gimnasia logró hacer uso de la ventaja que ofrecía su rival para lastimarlo con las interminables escapadas de Neira y escribir un monólogo en los segundos 45 minutos. Por el lado de River, el trabajo fue paupérrimo, el equipo Millonario tuvo su peor partido desde lo que va del campeonato y generó tan solo 2 jugadas de peligro, de las cuales tan sólo una habrá provocado tensión en los hinchas Triperos (tirito de Buonanotte). Lo demás fueron pelotazos y tal vez, un poco más de pelotazos para que su “Espartano” (bautizado así Pavone por Matías Almeyda) logre sacar más que un conejo de la galera, un Tiranosaurio Rex y aproximarse a la situación de gol.
Sin embargo, como bien había remarcado el D.T del equipo de La Plata, el campo de juego era inadmisible para sobrellevar un partido de Primera; daba la sensación de ser algo así como un potrero con tribunas de fútbol europeo. Fueron interminables las caídas y tropezones de los jugadores a causa del pasto (que parecía plastilina) y de los vaivenes de la pelota que por momentos generaba la ilusión de que se jugaba con una de rugby. Al juego tampoco lo ayudó el árbitro, Favale, quien estuvo más que permisivo con los jugadores y no sancionó correctamente en infinidad de oportunidades.
El opaco y aburrido 0-0 no terminó de convencer en ninguna de las dos hinchadas. Gimnasia no pudo aprovechar la fecha plagada de empates y River, escaparse de sus perseguidores por la punta; en fin, fue un partido más de la décima fecha en la que el fútbol se tomó asueto y los hinchas…dijeron presente como cada domingo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario